Si al humano actual lo ubicamos en el punto 0 del eje x y a las protocelulas en en punto -a, ¿el humano en el punto a no deberia ser muy diferente al actual?
La idea de ubicar al humano actual en el punto 0 del eje x y a las protocélulas en el punto -a es una forma interesante de conceptualizar la evolución. Si consideramos que el punto -a representa un estado muy primitivo de la vida, como las protocélulas, y el punto a representa una forma futura de vida humana, podemos especular sobre las diferencias que podrían existir.
Si el humano en el punto a no es muy diferente al actual, esto podría implicar que la evolución ha seguido un camino relativamente conservador, donde las adaptaciones y cambios han sido sutiles y no han llevado a una transformación radical. Sin embargo, la evolución es un proceso complejo y no lineal, y está influenciada por múltiples factores, como el entorno, la selección natural, la mutación y la deriva genética.
Es posible que en un futuro (punto a) los humanos puedan experimentar cambios significativos debido a la tecnología, la modificación genética o la adaptación a nuevos entornos. Por otro lado, si consideramos que el humano en el punto a es muy similar al actual, podríamos argumentar que la especie ha alcanzado un estado de equilibrio en su adaptación a su entorno.
En resumen, la diferencia entre el humano actual y el humano en el punto a dependerá de las condiciones y presiones evolutivas que actúen sobre la especie en el futuro. La evolución no es predecible, y aunque podríamos imaginar un futuro similar al presente, también es posible que surjan cambios drásticos.